¿Qué es eso de la ciencia?

¿Qué es eso de la ciencia?

Al iniciar el recorrido por un doctorado, independientemente del área de conocimiento, es conveniente preguntarse por los elementos básicos de la actividad investigadora. A continuación, trataremos sobre algunos fundamentos que sostienen la práctica científica y que socialmente suelen darse por presupuestos e inflexibles, cuando son más bien problemáticos y están abiertos a la discusión. Esto queda expuesto al momento de intentar definir el concepto mismo de ciencia, su objetivo y su metodología: ¿puede la ciencia, en todos los casos, ser un medio para dar con la verdad?, ¿tiene aún el objeto de deslindar el conocimiento verdadero del falso?, ¿existe un método utilizable en todas las áreas del saber que garantice la consecución de resultados?

Estas preguntas elementales surgen al interrogarse por el sentido del quehacer científico. Históricamente, esta cuestión parecía clara y resuelta: la ciencia era una actividad que permitiría alcanzar la verdad y el progreso para la humanidad. No obstante, como hemos observado a través de diferentes puntos de vista, delimitar qué es la ciencia es una cuestión conflictiva que plantea dudas y vacilaciones, ya que el concepto posee múltiples acepciones y matices. Siguiendo la misma línea, no existe un método científico que sea unívoco e inamovible para todos los trabajos de investigación. Por este motivo, una aproximación vectorial al interrogante sobre la naturaleza de la actividad científica es fructífera para abrir horizontes novedosos y perspectivas de análisis relevantes.

Es productivo que cada disciplina científica proponga su(s) metodología(s), puesto que esta es pensada y planificada en función del objeto de estudio y no a la inversa. Asimismo, la apertura teórica de las propias disciplinas permite que actualmente existan estudios que se acercan al mismo problema desde áreas disímiles entre sí pero trabajando de manera conjunta. Incluso surgen posturas a través de la fusión de dos corrientes: tal es el caso, en el área de conocimiento de las humanidades, de la perspectiva ecopoética, escuela que analiza la relación entre los textos literarios, las representaciones de la naturaleza y la manera como la habitamos, a la vez que manifiesta una profunda preocupación medioambiental.

En mi opinión, este tipo de tendencias se ciñen más a la realidad contemporánea del científico, centrado en resolver los problemas de siempre mediante posturas más pragmáticas y menos taxonómicas. Cabe destacar, siguiendo a Tomé López, que “la actividad científica no es abstracta, ni pura, ni aislada” y que lo esencial de su búsqueda de conocimiento radica en ciertas actitudes basadas en un “escepticismo sistémico”. Así, la ciencia parte, en su afán de generar nuevos saberes, desde una postura crítica y desde una actitud de sospecha. Es por todo lo dicho que se vuelve de suma importancia que, como futuros investigadores, cuestionemos los rudimentos en que se basa nuestro trabajo, crucial para el devenir de la sociedad.